Las palabras tienen poder, nos ayudan a conectar con las personas, a designar y dar forma a todo lo que nos rodea. La palabra crea, da ejemplo, definen la realidad y a su vez, dan forma a la acción, a la convivencia y también a lo que concebimos a día de hoy, como humanidad.
Nuestras palabras tienen el poder de crear y el poder de destruir. Pero, su poder es mucho más poderoso. Esa capacidad, también es aplicable a nosotros mismos. No escucharnos, dedicarnos afirmaciones negativas y reprimir lo que deseamos decir, son algunas de las múltiples maneras en las que nos haremos daño, nos sentiremos frustrados y en las que, tal vez, consigamos alimentar una baja autoestima.
No podemos olvidar el papel de nuestro diálogo interno, y de la necesidad de cuidar de esas palabras que nos decimos a nosotros mismos. El modo en que nos hablemos, también es sinónimo de bienestar o sufrimiento.
Si tú no te dedicas palabras bonitas y positivas, nadie lo hará. Porque tal y como te ves, así te verán los demás. Ya sabemos que las palabras tienen poder, pero esas que nos dirigimos a nosotros mismos, presentan una trascendencia inmensa para nuestro estado de bienestar psicológico.
Si digo no puedo, es cierto ¡no puedo! Pero si digo ¡sí puedo!, también es cierto, claro que puedo. A las palabras no se las lleva el viento, quedan enganchadas en nuestra mente y en nuestro corazón y así van dirigiendo nuestra vida, por el camino que le vamos indicando. Las palabras construyen realidades externas e internas y eso, es algo que debemos tener muy presente en el día a día.
Y qué bonito sería que las palabras positivas que en este periodo de confinamiento nos estamos dedicando a nosotros mismos, queden plasmadas en un monumento que persista. Desde el CRL vamos a construir un mural donde todas ellas y su poder, queden grabadas y cada vez que las leamos podamos ver un reflejo de nuestro corazón en estos días.
Hemos elegido realizar un mural por varios motivos, por lo visuales que son, porque nos permite participar a todos y sobre todo porque estas obras contienen una especie de relato, cuentan una historia. Nosotros queremos contar la nuestra a través de los mosaicos, el arte de pintar y expresar en barro. Queremos plasmar cómo durante estos días de aislamiento hemos estado más unidos que nunca y entre todos hemos reído, llorado, bailado y trabajado.
Si queréis que la magia de vuestras palabras quede grabada para la perpetuidad, piensa en dos palabras que para ti sean importantes en el momento actual y envíanoslas junto con tus iniciales. Estas mágicas palabras se plasmarán en azulejos, para que una vez terminados, se coloquen en la fachada del centro, con objetivo de recordar como la unión hizo la fuerza.
